Para mejorar hay que medir, lo sabemos. Evaluar la efectividad de programas de capacitación es sumamente importante, tanto para mejorarlos como para conocer su rendimiento. Si aún no lo haces o quieres mejorar tus técnicas, te compartimos siete maneras para encontrar buenos insights:

1. Medición del resultado de la capacitación:

Realiza pruebas antes y después de la capacitación, para medir el aumento en el conocimiento y las habilidades de los empleados. Esto puede incluir evaluaciones escritas, exámenes prácticos o demostraciones de habilidades.

2. Observación y retroalimentación:

Observa el desempeño de los empleados en el trabajo después de la capacitación y recopilar retroalimentación de los supervisores, colegas y clientes sobre cualquier mejora en el rendimiento o cambio en el comportamiento.

3. Encuestas de satisfacción:

Solicita a los participantes de la capacitación que completen encuestas de satisfacción para evaluar la calidad del programa, la relevancia del contenido, la efectividad de los instructores y la utilidad percibida de la capacitación.

4. Seguimiento de métricas de desempeño:

Compara las métricas de desempeño antes y después de la capacitación, como la productividad, la precisión, la satisfacción del cliente o la retención de empleados. Esto te ayudará a saber si hay mejoras tangibles como resultado de la capacitación.

5. Análisis de datos de participación:

Analiza datos de participación, como asistencia a sesiones de capacitación, completitud de cursos en línea o interacción con materiales de capacitación. Con ello podrás conocer el nivel de compromiso de los empleados con el programa de capacitación.

6. Retroalimentación del supervisor:

Obtén retroalimentación de los supervisores y gerentes sobre el desempeño de los empleados después de la capacitación, incluyendo cualquier cambio en la actitud, la motivación o la capacidad para cumplir con las responsabilidades laborales.

7. Análisis de costo-beneficio:

Compara el costo de implementar y administrar el programa de capacitación con los beneficios tangibles obtenidos, como ahorros de tiempo, reducción de errores, aumento de la eficiencia o mejora en la calidad del trabajo.

Al utilizar una combinación de estas estrategias de evaluación, tu organización puede obtener una mejor percepción de la efectividad de los programas de capacitación y tomar decisiones informadas sobre cómo mejorarlos en el futuro.